Mi viaje cultural #1
Una newsletter para no intelectuales
Empecé a escribir este boletín #1 a mediados de la semana pasada cuando viajaba en tren desde Madrid a Barcelona. Esperaba tener un viaje tranquilo y sin demasiadas distracciones, pero que me tocara un asiento en contra dirección auguraba lo peor. Mi asiento asignado fue el 34 A, al final del todo de un vagón y muy lejos de la ansiada puerta de salida. La posición del asiento no fue lo más terrible. La cosa podía empeorar y lo hizo. Os comparto lo que escribía el pasado miércoles 25 de enero:
El viaje promete. Tengo unos compañeros de viaje, el santo grial de los viajes, que aparentan cierta peculiaridad. Nada más tomar mi asiento he sido partícipe indirecto de una videollamada con una familia india. En frente, tengo a un padre y a su hija que parece que inician lo que será su primera visita a Barcelona. La emoción es tan grande que la están compartiendo con su familia y con los que estamos en esa zona del vagón. El uso de auriculares es inexistente. En cambio, la virtuosidad con el teléfono es manifiesta por el uso y el intercambio de las dos cámaras, la trasera y la frontal. Yo soy víctima directa de la frontal cuando en un intento de mostrar el entorno no puedo evitar aparecer en esa entrañable hazaña familiar. Estoy a punto de saludar mientras la niña dirige su mirada con cierta curiosidad por ver a un energúmeno como yo escribiendo en una libreta. Yo creo que le estoy despertando enormes deseos de dibujar, lo que puede suponerle una salida idónea para abandonar la tortura de la llamada a la que le está sometiendo su amable padre. La llamada va acompañada de una canónica comida de tren: bocadillo y refresco. El padre una cerveza. La niña un zumo de naranja.
Frente a ese acorralamiento decidí hacer lo único que se puede hacer en estos casos. Me puse los auriculares, los que no tenían ellos, y la música hizo el resto. Cuando conseguía salir del huracán familiar otro de mis sentidos fue importunado. Fue entonces cuando escribía lo siguiente:
Mi tranquilidad ha vuelto a ser atacada cuando menos lo esperaba. La rueda de la fortuna estaba girando porque a mi derecha tenía un asiento pendiente de ocupar. Más allá, al otro lado del pasillo, también quedaban algunos asientos libres de culpa. Mi compañero de viaje, el más próximo a mis intereses, me acaba de perturbar con un aroma a tabaco asfixiante. Ni con la protección de la mascarilla consigo hacer frente a ese espantoso olor. El tío debe haberse fumado media cajetilla antes de subir al vagón. El destino no deja de ponerme pruebas para este prometedor viaje. Paciencia.
Los vientos fueron favorables cuando el tren inició su marcha y la falta de cobertura fue mi mejor aliada. La llamada familiar na tardó en ver su fin. Yo daba las gracias por dejar de ser el figurante de una función a la que nadie me había invitado. Me había acostumbrado al olor a cigarro y volvía a recuperar la esperanza por un viaje tranquilo. Mi libreta seguía en la mesa mientras yo me sumergía en la música que sonaba en mis auriculares. De repente, algo empezó a cambiar. El viajante de mi derecha también se había procurado alimento. La misma ansía con la que debía fumar es la que debió aplicar cuando se dispuso a comer el bocadillo. Entonces, escribía:
El chico debe estar nervioso por algo. Primero, el apestoso olor a tabaco. Ahora, se está zampando el bocadillo a la velocidad de la luz. Madre mía, como engulle el tío. Por suerte, el aperitivo no va acompañado de bebida.
En un momento yo me puse a ver una película que me había descargado. Después la mencionaré con las capturas. Para los que no sabéis de qué estoy hablando, podéis echarle un vistazo a la entrega #0 en el enlace que os dejo aquí:
Me centré en la película, hasta que hubo algo que perturbó mi atención. Ya me había dado cuenta que la persona que estaba a mi lado no estaba pasando por un buen momento. Los nervios eran evidentes desde que hizo su primera aparición, pero había otro gesto que más tarde me llamó la atención. Dejaba escrito lo siguiente:
El fenómeno que tengo al lado no para de encender y apagar el teléfono. Hay algo que le inquieta. Con algo me refiero a una persona. Sí. Nombre y apellidos, pero no lo comparto no vayan a saltar las alarmas. Me confieso culpable. Estoy en plan voyerismo, pero sus idas y venidas han acabado por llamar al timbre de mi curiosidad. El chico está hecho un caos porque la persona con la que habla está en un chat de «archivados» y no ha enviado un mensaje que no para de entrar al chat esperando respuesta. La situación se pone interesante porque le dice que está en la oficina. ¡Qué sinverguenza!
Mi interés decreció con la misma velocidad de lo que lo incentivó. Dejé de prestar atención a todo lo que ocurría a mi alrededor y seguí con la película hasta el final del viaje. Os preguntaréis por qué os explico todo esto. No hay una buena razón más allá de mi habilidad para dispersarme de lo realmente importante. Sin embargo, lo que me ocurrió está estrechamente relacionado con la primera captura del boletín #1
La enfermedad del aburrimiento, Josefa Ros Velasco. Este es un libro que me estoy leyendo porque el próximo domingo hablaré con la autora. El aburrimiento es un fenómeno cotidiano que nos atormenta cuando la realidad no cumple con nuestras expectativas. ¿No fue lo que me ocurrió en el tren causa de un irremediable aburrimiento? Dice Josefa que a todos nos visita alguna vez, en su forma más sencilla y pasajera o en su expresión profunda y duradera. No hay más preguntas. El próximo mes tendréis el podcast publicado.
Crimen y castigo, Fiódor Dostoyevski. Paralelamente a la lectura del libro de Josefa, para la charla del podcast, estoy leyendo, por puro placer, o tortura mental, el libro de Dostoyevski. No quiero forzar la conexión, pero creo que el protagonista, Raskolnikov tiene una estrecha relación con el aburrimiento. Su aburrimiento y su descontento con la vida son un factor que contribuyen a su decisión de cometer un crimen y a su posterior lucha interna con su conciencia. En tránsito.
Creep, Radiohead. Un amigo me pasó una lista con una selección de éxitos de los 90. Él es un amante de la música y le pedí que me guiara un poco por lo que él considera que uno debe escuchar. En la lista estaba la canción de Radiohead que ya conocía. Os la comparto porque creo que está relacionado con el tema del aburrimiento. La canción habla sobre sentimientos de inseguridad, la auto-duda y explora temas como la soledad y la marginación. Y esto me lleva a una conexión que no es mía, sino de mi amigo, con la siguiente película.
¿A quién ama Gilbert Grape? Lasse Hallström. Es una película que no había visto y me gustó. Es bonita. Tanto la canción de Radiohead como la película de Hallström están dirigidas a jóvenes perdidos o marginados que luchan por encontrar su lugar en el mundo. La canción de Radiohead habla sobre la inseguridad y la sensación de no encajar, mientras que la película sigue a un joven llamado Gilbert que se siente atrapado en su pequeña ciudad y trata de encontrar una manera de escapar y vivir su vida. Por cierto, todo esto está relacionado con el movimiento Grunge que os invito a investigar. Tiene miga.
Harold y Maude, Hal Ashby. Esta es la película que me puse en el viaje en tren. También trata de alguna manera el tema del aburrimiento, aunque hay muchos tipos de aburrimiento que comentaremos este fin de semana con Josefa. Eso sí, hay un par de frases que me apunté cuando miraba la película que le dice la anciana Maude a el joven Harold:
¿Vicio? ¿Virtud? Es mejor no ser muy moral. Hace que te pierdas muchas cosas en la vida. Metas antes que moral. Si aplicas eso a tu vida, entonces vivirás al máximo.
Entiendo. A mucha gente le gusta estar muerta. Sólo se alejan de la vida. Acércate y arriésgate, quizá hasta te haga daño, pero juega lo mejor que puedas.
Feliu Elias. La realidad como una obsesión. Es una exposición en el Museu Nacional d’Art de Catalunya. Tuve una visita con la fundación de amigos donde nos explicaron la obra de este pintor. Os dejo una imagen de una de sus obras más importantes:
Mey Rahola. La nueva fotógrafa. Es una exposición del Museu Nacional d’Art de Catalunya que explora la obra de una de las pocas fotógrafas que obtuvo el reconocimiento de los círculos fotográficos catalanes durante la Segunda República. Totalmente identificada con el ideal de la mujer moderna, emancipada y deportista, contribuyó decisivamente a la renovación estética de la fotografía. Os dejo una de las fotografías que más me gustaron:
Por último, os dejo una fotografía personal que tomé la semana pasada por Madrid.
Tengo más capturas que compartir (películas, series, podcast, exposiciones…), pero que no quería alargar más este boletín #1. Lo cual no quita que si estáis interesados en que publique una versión más extensa podéis hacérmelo saber por twitter o email.
https://twitter.com/atrevete_saber
humanistasincomplejos@gmail.com
Tengo más fotografías de las exposiciones que os he comentado y otras tantas en el trastero. Por ejemplo, fui al cine a ver Aftersun y alguna cosa más. También, tengo más información sobre las distintas capturas que os he compartido. Nada. Que no me gustaría aburrir. No me esperéis.
Alexis Piquer