Recientemente leí un libro que aseguraba que aquellas personas adictas al trabajo carecen de armonía en su vida. Para mí, una afirmación tan revolucionaria como decir que el agua moja o que la Tierra es esférica. En serio, ¿necesitábamos que alguien nos lo explique para entender que centrarse en una sola cosa, el trabajo o lo que sea, y evadir responsabilidades no es la forma de vivir en armonía, en equilibro?
En fin, volviendo a lo serio, el psicólogo Alfred Adler no reconocía la existencia de estilos de vida desequilibrados. Es decir, según él, no existe eso de trabajar como un esclavo y luego pasar el resto del día haciendo absolutamente nada. Si lo pensamos bien, tiene sentido, porque hay que equilibrar el trabajo con otras actividades importantes como pasar tiempo con la familia y amigos, hacer otras cosas y colaborar con la comunidad, entre otros. Cada uno con lo suyo.
Claro, también hay que recordar que el trabajo no se limita solamente a estar contratado en una empresa. De hecho, por ejemplo, las tareas de la casa y la crianza de los hijos son trabajos en sí mismos. Así que, si alguna vez te preguntan qué haces en tu tiempo libre, puedes responder con orgullo: "Me dedico a mí mismo, a mi familia y a mis amigos. Me dedico a vivir".
Bromas aparte, creo que es importante tener una perspectiva equilibrada de la vida y no caer en la trampa de evaluar nuestra valía solo por nuestro trabajo. Porque, aunque el reconocimiento social y el dinero pueden ser importantes, no hay nada como disfrutar del tiempo con las personas que queremos y que nos quieren, perseguir nuestras pasiones, nuestras ilusiones y tener momentos de diversión que todos nos merecemos.
Por cierto, la semana pasada estuve charlando con Xosé Gabriel, autor de Sapiens Top Model, con algo que posiblemente está relacionado con lo que hoy os comparto. En otro boletín os hablaré de lo que he estado escribiendo al respecto. Creo que os puede resultar muy interesante.
Por lo demás, os comento lo que fue mi anterior semana cultural:
🍿 Películas
Lost in Translation. Prefiero no comentar nada sobre esta película que me enamora desde la primera vez que la vi. Será porque tengo idealizada a esa Scarlett que empezaba a despuntar y que en esta película se mueve entre esa cultura japonesa que resulta muy atractiva. De la película os quiero compartir un par de cosas. La primera, este diálogo:
“- Estoy perdida. ¿Eso tiene arreglo?
- No. Sí. Ya se arreglará.
- ¿De veras? Fíjate en ti.
- Gracias. Cuánto más sabes quien eres y lo que quieres, menos te afectan las cosas.
- Ya. Es que aún no sé lo que quiero ser, ¿Sabes? Quise ser escritora pero odio lo que escribo y intenté hacer fotos pero eran muy mediocres. Todas las chicas pasan por una fase de fotógrafas y por querer un boli, ¿sabes? Y haces fotos tontas de tus pies.
- Ya lo averiguarás. No te preocupes por eso, sigue escribiendo.
- Pero es que soy mala.
- Eso es lo bueno.”
La segunda, esta imagen:
Munch: la película es un poco mediocre. La vi porque quería acercarme más a la persona, que al artista, pero la verdad es que no cumplió mi expectativa. No obstante, os dejo una reflexión interesante que aparece en la película:
Solo estaba pensando que como seres humanos nuestra vida está impregnada por el sarcasmo y por la ironía, tratamos de distanciarnos de la vida y no la sentimos de forma profunda y sincera y hasta nos enorgullecemos de ello como si fuera una especie de misión, como si saber diseccionar nuestro entorno tuviese algún valor. Cualquier bobo puede diseccionar sus pertenencias, sostenerlas en el aire y decir que no valen para nada. Pero, ¿qué tiene eso de admirable? ¿Deberíamos otorgarle algún valor sociocultural al hecho de distanciarnos de esas cosas? ¿No es eso una muestra de cobardía, de falta de carácter? ¿No es una forma perezosa de tratar de parecer atractivos o interesantes delante de todos los que nos rodean? Porque yo me atrevo a vivir, a amar, a vivir aventuras. Me atrevo a exponer mis pensamientos y a defender mis creencias dándoles algún significado. Esa debería ser nuestra misión. De lo contrario, es mejor morirse.
Cuerpo abierto. Es una película que prometía mucho y que me la reservé para verla con mi madre, que le suelen gustar este tipo de películas. He leído por ahí que es un western gótico y no sé que cosas. A mí me pareció un sinsentido de principio a fin y poco más tengo que añadir. Bueno, la ambientación y la luz de la película me gustó. Eso sí.
La gran belleza. Volví a mirar esta obra de arte ayer por la noche. Me apetecía ver algo de Sorrentino y tenia esta en mente y la Juventud. Empecé por la Gran Belleza porque no recuerdo una película que me estimule tanto desde el principio. Me gustaría destacar muchas cosas, pero no puedo. Me parece increíble el uso de la cámara, de la imagen, donde la pone, como la mueve… Es fascinante. En cuanto a las reflexiones que deja, os comparto esta misma:
“Termina siempre así, con la muerte. Pero antes, hubo vida. Escondido debajo el bla, bla, bla, bla. Y todo sedimentado bajo los murmullos y el ruido. El silencio y el sentimiento, la emoción y el miedo. Los demacrados, caprichosos destellos de belleza. Y luego la desgraciada miseria y el hombre miserable. Todo sepultado bajo la cubierta de la vergüenza de estar en el mundo. Bla, bla, bla, bla. Más allá, está el más allá. Yo no me ocupo del más allá. Por tanto, que esta novela dé comienzo. En el fondo, es sólo un truco. Sí, es sólo un truco.”
📚 Libros
Querer de cine. Estoy leyendo este libro de Garci en el que propone un light reading, como dice en la introducción del libro. Ya os iré contando si me encuentro con algo compartible.
🎨 Pinturas
El grito. Ya que me puse con la película de Munch, no está de más, ni de menos que le echemos un vistazo a esta pintura. ¿Qué os parece?
Sobre el cuadro solamente apuntar que podría ser de rabiosa actualidad con todo lo que concierne a la salud mental y a la acumulación de emociones. De hecho, a menudo se cree que el personaje en el cuadro está gritando, pero en realidad está representando un grito silencioso.
📸 Fotografía
Callejeando. Os comparto mi último boletín de Callejeando en el que os enseño una fotografía muy especial tomada en una cafetería de Madrid. ¿La reconocéis?
Llegamos al final de otra edición de esta newsletter. Espero que más personas se unan a este viaje. Si disfrutaste de esta edición, por favor compártela con alguien que pueda estar interesado. ¡Nos vemos pronto con la próxima edición de "Callejeando"!
Gracias por acompañarme en este viaje.
Alexis Piquer